En la actualidad, y según los últimos estudios y análisis, el idioma castellano es el segundo idioma más hablado del mundo después del Mandarín y seguido cada vez más alejado por el Inglés y después por el Árabe. Pero a pesar de que tanta gente lo habla, cuando en realidad nos acercamos a nuestro idioma nos damos cuenta lo poco que lo conocemos.
Cuando en Latinoamérica se empieza a estudiar el idioma, se da como supuesto que fue una lengua traída por barco que llegaba completa y prrfecta y que fue sembrada a fuerza de golpes primero y de salmos después para finalmente prender, y como si se encontrara en nutritiva tierra, para germinar con fuerza y exhuberancia. Así, el castellano hablado en Latinoamérica, con tantas variaciones de un país a otro, de una región a otra, tuvo un origen común: los barcos, pues como dijo Nebrija, el autor de la primera gramática, en una respuesta a Isabel la Católica: "Señora, la lengua es el instrumento del Imperio".
Pero el Castellano que llegara a América tuvo que vivir antes una azarosa historia llena de batallas, bodas concertadas, olvidos, poetas, escritores y estudiosos apasionados. También la historia del castellano demuestra que nunca estuvimos solos, y que si tenemos este idioma es gracias a cientos de pueblos que de una manera u otra lo influenciaron con sus cadencias musicales, sus palabras y los nombres que les daban a sus niños.
En la península ibérica, antes de la llegada del latín existían varios idiomas hablados por los diferentes pueblos de la región: ibero, vasco, celta, o tartesio. La pronta llegada del Imperio Romano impondría el latín como lengua oficial haciendo desaparecer casi completamente a las lenguas autóctonas. El único que se mantendría sería el vasco, idioma hablado por campesinos que vivían en alejadas y impenetrables regiones de los Pirineos, y que más que conquistados fueron tolerados por los romanos. Este aislamiento del pueblo vasco permitiría que este idioma pre-románico llegara hasta nuestros días.
El latín se iría convirtiendo primeramente en latín vulgar al ser un idioma común para el comercio entre los pueblos, para dividirse finalmente en lenguas romances mezclándose con los idiomas regionales. Después de los romanos, la península sufriría dos conquistas importantes. La primera la de los visigodos, que no traería demasiadas modificaciones al idioma al no tratarse de migración masiva de gente salvo en los nombres de pila (Enrique, Gonzalo), o en el vocabulario referente principalmente a la guerra, como yelmo o espía. La siguiente gran conquista de manera más masiva fue la musulmana, que modificaría los idiomas hablados principalmente en el sur y el centro de la península. Al no llegar hasta la región de Cataluña o hasta el norte de España, esas regiones no añadieron muchas palabras musulmanas a su vocabulario.
Ahora bien, nos encontramos en una España formada por varios frentes tanto políticos como idiomáticos. Entre ellos los más grandes son el catalán y el aragonés; una de las regiones de menos influencia casualmente es la de Castilla. Por influencias políticas y el comienzo de campañas y conquistas ocurrió que la región de Castilla la Vieja, tierra de castillos, reyes y nobles, empezara a cobrar influencia en la península y con esta el idioma empezara a dispersarse. Un gran enfrentamiento se dio en Murcia cuando el rey de castilla Fernando III y el rey de Cataluña Jaume I se encuentran y descubren que ahora ambos tienen fuerzas poderosas y grandes territorios. La boda concertada entre el hijo del primero y la hija del segundo traerían una alianza de paz. Así, la guerra en la península se detendría por una larga época y el castellano empezaría a expandirse por tierra hacia Europa, mientras el Catalán lo haría por mar conquistando casi toda la cuenca mediterránea.
Manuscrito del Poema de Mio Cid (siglo XII)
Años han pasado y el idioma castellano cada vez está más formado. El rey que nacería de la alianza entre el castellano y el catalán sería Alfonso X el Sabio, uno de los primeros responsables de transformar al idioma castellano en un idioma culto. Crearía la escuela de traductores de Toledo para hacerse de un corpus de libros en castellano que serían los cimientos del idioma. Pero tendrían que pasar muchos años para que el idioma sea aceptado y reconocido como tal y empezaran a escribirse con él obras literarias importantes.
Llega así el memorable y nefasto año 1492, fecha quizás cumbre para el Reino de Castilla. El mismo año se descubriría América, se terminaría de expulsar a musulmanes y judíos de la península y el arriba nombrado Nebrija presentaría ante los Reyes Católicos la primera gramática del castellano. Además primera gramática de un idioma romance en Europa a pesar de que el Italiano y el Catalán ya estaban funcionando como idiomas cultos con una gran producción.
Ahora bien, por la historia de la formación del castellano tiene algunas características propias que no comparte con ningún otro idioma de origen latino. El sonido ceceante de la “c” por ejemplo, característico de Castilla la Vieja sería una herencia del idioma vasco del que también heredaríamos algunas palabras como cerveza, braga, camisa, lanza. Esta pronunciación chocaría en el Sur de la península con los restos del idioma árabe, que cuyos hablantes no podrían pronunciarlo con facilidad. Cuando se da el salto del océano, la mayor parte de los primeros inmigrantes hacia el nuevo continente llegarían del sur de España, por lo que el idioma que llegaría a América carecería del ceceo típico del castellano de España. El segundo sonido característico y único del idioma sería el de la “j”, de herencia musulmana. En un principio, el sonido original sería el de la “sh” que se escribiría como “x”, que con el paso de los años se suavizaría y pasaría a convertirse en “j”. De allí que en las versiones antiguas del Quijote, el nombre del caballero se escriba Quixote, y por ese mismo fenómeno el nombre escuchado por los conquistadores en América se transcribiría como México, aunque siempre el sonido fue pronunciado como “j”.
Un idioma con herencias del vasco, del visigodo, del latín, del griego o del árabe, finalmente se configuró en nuestro actual castellano. Recién en el año 1713, se fundaría la Real Academia de la Lengua, y a partir del año 1823, llegaría la independencia de Latinoamérica y con ella la posibilidad de permitir al idioma crecer por nuevos caminos. Finalmente, la Real Academia de la Lengua Española tendría que empezar a unificar la lengua hablada en España con la hablada en todo el continente americano para crear un único idioma. Así que a partir de entonces el diccionario añade palabras americanas, así como un día añadió palabras de orígenes diversos. Esa capacidad del idioma de adaptación, de apropiación y de comunión le permitió crecer con gran libertad hasta convertirse en la segunda lengua más hablada del mundo.
Con orígenes pequeños pero lo suficientemente nobles a veces para aceptar vocablos ajenos y canallas en otros, imponiendo el idioma del Imperio y prohibiendo otros bajo su poderío, se configuraría el castellano que hoy hablamos y que sigue en constante evolución.
Coletazo
Una historia incluso más interesante a la del castellano, por haber vivido batallas y derrotas, por haber tenido que sobrevivir en la clandestinidad y difundirse boca a boca entre personas que amaban su idioma y no deseaban que se perdiera, pero al mismo tiempo un idioma con el que se escribieron grandes obras de la cultura y que sirvió de herramienta para conquistas y filosofías es el catalán. Su historia, apasionante y dolorosa será motivo de otra historia, pero en alguna otra ocasión.
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